El jugo de tomate es uno de los jugos de frutas más potentes que hay. A menudo confundido con un vegetal, los tomates son de hecho una fruta que contiene semillas (aunque sean pequeñas). También están absolutamente llenos de vitaminas y minerales.
Aquí vamos a ver algunos de los beneficios más impresionantes que vienen del humilde tomate.
El licopeno es un antioxidante muy potente y esto hace que los tomates sean una de las fuentes más potentes de antioxidantes. ¿Qué significa eso? Bueno, básicamente los antioxidantes son sustancias que pueden destruir los radicales libres que se liberan en el cuerpo a través de la respiración y que pueden dañar las células del cuerpo. Si tienes una gran cantidad de radicales libres en el sistema, estos se mueven a través del cuerpo y bombardean las paredes de las células causando daños en su exterior.
Gracias al antioxidante licopeno, el tomate puede ayudar a prevenir que muchos de estos radicales libres lleguen a las células y de ese modo reducir las posibilidades tanto del envejecimiento prematuro y el cáncer, entre otros.
Los tomates también son altos en potasio, lo que puede ayudar a prevenir la debilidad y malestar general que provienen de la deficiencia de potasio. Esto también puede ayudar a prevenir calambres.
Los tomates también son ricos en vitamina C. Debido a que la vitamina C es otra forma de antioxidante esto los hace aún más poderosos para luchar contra el cáncer y el envejecimiento. Esto también significa que los tomates pueden fortalecer el sistema inmunológico en general y prevenir los resfriados y otras enfermedades.
Un alimento básico en la cocina
Por su versatilidad y sabor, el tomate es uno de los alimentos estrella en la cocina. Un comodín culinario que puede prepararse de infinidad de formas: crudos y aliñados en ensaladas, en zumos, con pan y aceite, fritos, asados, en consomé y confitura... Todo está permitido.
Para preparar salsas, el tomate ha de estar maduro, así tendrá un sabor menos ácido y se espesará mejor. Si se quiere corregir el gusto de acidez, bastará con añadir una cucharadita de azúcar. También es preferible pelar los tomates antes de prepararlos en salsas o estafados. Para quitar la piel fácilmente, se hace un pequeño corte en forma de cruz en la base y se sumerge en agua hirviendo durante unos instantes; cuando comience a levantarse la piel se retira y se deja enfriar. Los ingredientes básicos para preparar una buena salsa de tomate son: dos cebollas picadas, dos dientes de ajo picados, sal, aceite de oliva, tomates maduros y, como hemos indicado, una pizca de azúcar para eliminar la acidez. Se cuece todo en una sartén a fuego lento, de 30 a 45 minutos, y, para que quede fina, se pasa por el pasapuré o la batidora.
Para ensalada. Los tomates para ensalada son, generalmente, duros, de un tamaño mayor que el resto de variedades y con un tono que tiende ligeramente a verde en su base.
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