Alimentarse bien no implica a comer platos insulsos. Siguiendo estos consejos, será muy simple cambiar algunos hábitos para evitar calorías y grasas innecesarias, sin resignar sabor.
Tengamos en claro una idea sencilla: cualquier plato puede tener menos calorías y grasas que lo habitual. Este dato no es para que te vuelvas loco sino más bien para que, con tranquilidad, comiences a desterrar los malos hábitos de la cocina. Es posible mejorar la alimentación diaria sin resignar sabor.
Todo empieza en el supermercado
Llená tu canastilla de alimentos frescos, es decir: frutas, verduras, hortalizas y legumbres. Dile no a los precocidos, a los snacks, a la frituras, a las gaseosas, a los jugos con azúcar y a las golosinas.
Métodos de cocción saludables
La clave es no alterar demasiado las propiedades de los alimentos y evitar añadirles grasa. Para esto hay cinco buenas técnicas: al horno, al vapor, al microondas o a la plancha.
Vajilla antiadherente
Sea cual sea el método de cocción que elijas, minimizar el uso de aceite o manteca al cocinar es imprescindible. Sartenes de hierro fundido, esmaltadas y antiadherentes, permitirán evitar las grasas sin que tus comidas se peguen. Si fuera necesario, puedes usar un poco de rocío vegetal.
Sales bajas en sodio
Si vas a utilizar la sal común, se recomienda no exceder una cucharatida diaria. Como respectar esta medida puede ser difícil para muchos, es recomendable utilizar sales que contienen un 70% menos de sodio que las sales de mesa y se consiguen en tres variedades. La opción “con Finas Hierbas” combina bien con cualquier plato que prepares. También puedes usar una sal Clásica, que no es saborizada y tiene un 66% menos de sodio.
Harina y arroz integral
En pizzas, panes y pastas caseras, reemplazá la harina común por harina integral, aunque sea en la mitad de las proporciones. Vas a añadir a tu dieta 12 gramos más de fibra por taza e incorporarás más vitaminas B, zinc y magnesio. Lo mismo con el arroz.
Granos y vegetales en lugar de carne
Hay maneras de lograr que ciertos platos con carne picada, como el pastel de papas o las hamburguesas, sigan siendo lo que son, pero sin inclinar demasiado la balanza de calorías. Una idea es añadir, en lugar de carne, granos enteros, vegetales en dados u hongos para hacer crecer el tamaño de las porciones. La proporción perfecta es de una taza de granos o verduras cada medio kilo de carne.
Desgrasa tus comidas
Ya sea en caldos o carnes, conviene siempre prepararlos un día antes y esperar a que la grasa se solidifique para poder retirarla fácilmente antes de volver a calentar los platos.
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